SABRINA IONESCU, LA ELEGIDA
Sin que nadie tenga como saberlo, los deportes eligen, antes de nacer, algunos seres legendarios que algún día harán vibrar todos los corazones de los hinchas que gritan desde las tribunas; personas que llevan en la sangre movimientos, jugadas y aciertos que parecen humanamente imposibles, pero que ellos convierten en victorias que nadie podrá olvidar.
El 6 de diciembre de 1997 fue uno de esos días.
Cuando Sabrina Ionesco nació, el basket la recibió con los brazos abiertos y esperó – como alguien de su talla merece – a que ella encontrara el camino hasta él y empezara a marcar la historia.
Sus primeros acercamientos fueron en el colegio Miramonte High School, donde conectó con el baloncesto y alcanzó el éxito en diversos campeonatos resaltando por su inteligencia y una habilidad particular para lanzar el balón, dando siempre la impresión de que es el aro quien corre hacia ella.
Desde entonces, Sabrina ha estado rodeada de primeras veces: en marzo del 2020 se convirtió en la primera jugadora de la historia del baloncesto universitario de la División I que pudo alcanzar la increíble marca de 2,000 puntos, 1,000 rebotes y 1,000 asistencias en su carrera.
En el mismo año, Ionescu fue la primera elección general del Draft por el equipo de New York Liberty, dando un salto a la WNBA (Women´s National Basketball Association) quien le abrió las puertas para que, tiempo después, batiera un record allí.
El 14 de julio del 2023, el All- Star de Las Vegas celebró a una sola voz las 25 anotaciones de 27 que posicionaron a Sabrina como la campeona de lanzamiento triple, alcanzando 37 puntos -superando a Tyrese Haliburton quien en el mismo año había conseguido 31-.
Su grandeza, habilidad, inteligencia, talento y dedicación, la llevaron a otra primera vez: el el mundo de la moda deportiva, donde junto a Nike le dio vida a su línea de zapatos “Nike Sabrina 1”, que la conecta con su pasión y las personas que la comparten con ella.
Estos tenis están inspirados en lo poderosa que puede ser la ligereza, velocidad y contundencia con la que Ionescu ha dejado alegrías y huellas en la cancha, reflejando en su colección su colección los sueños que aún está por cumplir.
