Comunidad Arhuaca: tradición viva
En la sierra nevada de Santa Marta las manos mágicas de los arhuacos plantan semillas que cuando crecen, se convierten en nubes blancas de algodón.

Los capullos brotan de los árboles como un misterio de la naturaleza, guiados en su siembra por la luna, la madre tierra y el mamo, las ramas, en su perfecto equilibrio, les regalan esta fibra natural, para que, después, las mujeres arhuacas, con sus puntadas sagradas las conviertan en mochilas que llevan impregnadas sus pensamientos y sueños.
Para esta comunidad, el color del algodón es un aspecto sagrado. Por eso, como muestra de respeto y pagamento por lo que la madre naturaleza les regala, cuidan su tono natural y se inspiran en el para crear piezas únicas cargadas de identidad.
Aun así, esta fibra no es fácil de encontrar. Existen diferentes tipos de semilla, una, conocida como escorpión, que en su lengua se dice “unku”, también usan otras variedades conocidas como “Hirsutum y Herbaceum” las cuales, solo crecen es sitios específicos de la montaña, donde el clima, las condiciones del suelo y la brisa, se vuelven una sola para darle vida al algodón.
Por eso, tejer con el alma es para esta comunidad la manera de escribir la historia de un legado ancestral que honra la tierra, el tiempo y el arte.
Mochilas Arhuacas, tradición viva.
