EPM un puente para la resiliencia

Es así como Marcela Flores ha logrado mantenerse a flote en medio de un acontecimiento que cambió por completo su vida -pero no su futuro – pues como ella misma lo define “la única limitación que existe en el ser humano es su propia mente”.

A sus 28 años, Marcela trabaja en EPM como ingeniera ambiental, aunque cuando estaba cursando su segundo semestre en la universidad sufrió un accidente en una moto que, por un momento, la obligó a parar su sueño.

Aunque al principio los médicos le dijeron que perdería su pierna, un buen ortopedista hizo todo lo posible por salvarla, pero sabía que el 80% de su recuperación dependería exclusivamente de ella. “Fue un año completo para mí comprometida con volver a caminar. Di con una mujer maravillosa que me ayudó con las terapias y siempre creyó en que lo iba a lograr y aunque no fue una recuperación completa yo siento que hice lo imposible; me costó caer en cuenta de lo que había pasado estuve en estado de shock mucho tiempo, sin embargo, jamás dudé de que iba a salir de esa situación”.

Los siguientes años fueron difíciles, cuando volvió a la universidad sentía que había perdido el norte, hasta que unos profesores le ofrecieron un proyecto de investigación que, sin saberlo, se convertiría en su motivación para sacar adelante su carrera y enfocarse de nuevo, olvidándose por completo de su “limitación física” y confirmando cada día que su pierna no sería un impedimento para llegar tan lejos como siempre lo había soñado.

Sin embargo, tiempo después, cuando Marcela se graduó de la universidad el síndrome del impostor se apoderó de ella, pensaba que no iba a conseguir trabajo fácil y que las personas tomarían su “discapacidad” como una razón suficiente para descartar sus habilidades y conocimientos. 

Aun así, la vida misma se encargó de compensar todo su esfuerzo y de darle mérito a todos sus talentos, pues un día, mientras hacía la fila para un concierto, de la manera menos esperada, una de sus amigas le contó que EPM tenía una vacante de Ingeniería Ambiental en el programa de inclusión. “Ese día cuando ella me mostró la página de la empresa yo decidí aplicar a la oferta de empleo, pero pensando que jamás iba a llegar lejos, y a los dos días recibí una notificación de haber pasado el primer filtro, desde ahí seguí, uno tras otro hasta recibir la noticia de que había conseguido el trabajo”.

Desde que Marcela llegó a EPM enfrentó muchos retos profesionales, pero lo que más le impactó fue encontrarse con jefes y compañeros que jamás cuestionaron su limitación física y le asignaron tareas como a cualquier otra persona del equipo, lo que le reafirmó que su capacidad no se reducía en lo absoluto a lo que había pasado con su pierna y que tenía mucho potencial para entregar.

Esa seguridad transmitida por su equipo de trabajo fue precisamente lo que la impulsó a soñar en grande, y después de 8 meses trabajando allí se presentó a una nueva vacante que le permitiría crecer en su camino profesional y aprender cosas nuevas.

“Al principio fue difícil porque me dijeron que no cumplía con todos los requisitos, pero yo insistí y demostré que tenía todo lo necesario para el cargo, y aunque el proceso de admisión fue retador y me encontré con otros compañeros muy tesos también que querían el puesto, acabé por conseguirlo y aquí estoy, viviendo otro sueño más, expresó Marcela Flores.

Ahora, Marcela mira hacia atrás y se siente orgullosa del camino recorrido, describe a EPM como una empresa inclusiva y un espacio seguro para las personas que, como ella, un día sintieron que las cosas serían diferentes, y que hoy, gracias a la oportunidad de esta empresa se dan cuenta de que las condiciones no tienen porque cambiar para ellas.

“Yo solo quiero decirles a las personas que como yo tienen alguna “discapacidad” que la única limitación que uno puede tener son sus propios miedos y barreras, que se vale soñar en grande y que desde que hagamos las cosas con pasión y desde el corazón, no hay trabajo imposible”, expresó Marcela.

El programa de inclusión de EPM es una iniciativa que busca disminuir las brechas laborales, y al mismo tiempo, reconocer las habilidades de las personas que tienen alguna discapacidad física, generando un entorno seguro y de oportunidades para todas y todos.